Si viera usted mi cerebro, Papá, no daría crédito al pozo de ignorancia que alberga: yo empiezo a darme cuenta ahora de hasta dónde llega. Nunca he oído hablar de las cosas que sabe, simplemente por contagio, la mayoría de las chicas que tienen una familia como es debido, y una casa, y amigos, y biblioteca. Por ejemplo: no he leído los libros de Mamá Oca, ni David Copperfield, ni Jane Eyre, ni Alicia en el país de las maravillas, ni una sola página de Rudyard Kipling. No sabía que Enrique VIII se había casado más de una vez, ni que Shelley fuera poeta. [...] Me paso el día esperando que llegue la noche, para poner el cartelito de "no molestar" en la puerta, colocarme mi bata roja, que es comodísima, y las zapatillas de borreguito, hacer una pila con todas las almohadas del sofá para la espalda, encender la lamparita de cobre que tengo junto al codo, y leer y leer y leer.

• Empiezo con J. D. Salinger porque todas sus obras han pasado a formar parte de mi lista de favoritos. Hace años me pasó con El guardián entre el centeno y durante este 2019 con sus otros tres libros. A día de hoy lo considero mi escritor favorito. Quizá si me viera obligada a elegir me quedaría con Franny y Zooey, pero los tres son magníficos, al igual que sus personajes: la familia Glass. Nueve cuentos está compuesto por verdaderas joyas -y eso que no soy lo que se dice una entusiasta de este género-, entre ellos Un día perfecto para el pez plátano, el cual se ha convertido en mi historia corta favorita. Con Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción no puedes más que enamorarte aún más de los Glass y del estilo de Salinger. Tengo intención de hablaros de cada uno de ellos en el blog, ya sea de forma individual o en una entrada conjunta, pero creo que esperaré a las relecturas. Os aseguro que no tardarán.

• El ruido y la furia, de William Faulkner. Mi mayor sorpresa del año. Llevaba años posponiendo su lectura por el enorme respeto -puede que un poco de miedo- que me causaba este autor. Culpa de las reseñas negativas, todo hay que decirlo. Después de leerlo entiendo el porqué de esas opiniones y esa mala fama. No es un libro fácil, no voy a mentir, pero es fascinante. No me atrevería a recomendarlo directamente a nadie en concreto, pero al mismo tiempo se lo recomiendo a todo el mundo. ¿Tiene eso sentido? 

• Matar un ruiseñor, de Harper Lee. Creo que era de esperar que esta novela terminara en esta lista. La pena es que haya tardado tantos años en aparecer. Ya sabéis cómo funcionan las expectativas algunas veces; contra más te recomiendan un libro, mayor el miedo a que no llegue a estar a la altura. Pero lo está. Su fama es totalmente merecida, ya sea por su historia, los temas que trata, cómo los trata, la forma en la que está escrito, por sus personajes..., por todo. Y Atticus... ¡Atticus!

• La señora Dalloway, de Virginia Woolf. Sí, en efecto, me he enamorado del monólogo interior o flujo de conciencia. Primero Faulkner y ahora Woolf. Aunque, todo hay que decirlo, el de esta última resulta mucho más fácil de seguir, por lo menos en esta obra. O al menos esa ha sido mi experiencia. Como comenté por algún sitio poco después de terminarlo, la intimidad que se crea entre personajes -sobre todo Clarissa- y lector me parece algo maravilloso, así como la forma en la que la narración fluye de un personaje a otro. Este año seguiré con Virginia Woolf, no tengo duda.  

• Rebeldes, de Susan E. Hinton. No he podido evitarlo y he añadido una relectura. Soy así de rebelde yo también. Pero es que este libro se merece estar en todas mis listas. Siempre. Por mucho que se me rompa el corazón cada vez que lo leo. Sé que a muchos lectores les parece demasiado simple y cliché, pero a mí me emociona como pocos lo han hecho. Tengo pendiente hacer una entrada especial, tanto del libro como de la adaptación de 1983.