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No eres tú, soy yo

mayo 14, 2015


Me encanta ir a librerías de segunda mano. Es como una obsesión. Me paso horas y horas descubriendo viejos tesoros. Eso sí, pocas son las veces en las que me acompañan nuevos inquilinos a casa. Y es que precisamente la palabra clave de esta entrada es viejo. Por alguna razón que desconozco me llaman poderosamente la atención las ediciones antiguas y ya muy usadas, pero nunca para ingresar en el selecto grupo de mis estanterías. En ellas se les piden unos requisitos básicos, y el principal es la buena apariencia, tanto exterior como interior. Nada de hojas amarillentas ni cubiertas ajadas. Pero la discriminación va mucho más allá, llegando a niveles alarmantes: ni siquiera los libros que llevan años y años junto a mi familia son capaces de superar esta criba. Un ejemplo de ello es Cien años de soledad, que podéis ver ahí en la imagen. Soy consciente continuamente de su presencia, pero sólo me tienta su lectura cuando lo veo en una librería con una edición moderna y nueva. Sé con total seguridad que no lo leeré hasta el día en el que me haga con él, algo que me parece una perdida de dinero teniendo en cuenta que ya lo poseo. Creo que ésta es mi peor manía en cuanto a libros se refiere. ¿Os pasa también a vosotros o es una rareza mía?

Ya sólo me falta decir: Lo siento, Cien años de soledad, pero has envejecido sin yo darme cuenta, sin ser mi mano la causante de tu desgaste. Llevas toda la vida viviendo conmigo pero eres un desconocido. Cuando me sumerja en la historia que encierras será de la mano de un nuevo ejemplar, uno que pueda considerar mío y con el que me sienta a gusto. De todas formas, no te olvides que él nunca llegará a fascinarme de la misma forma que tú. De verdad. No es culpa tuya, soy yo.

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15 comentarios

  1. Hola me pasa lo mismo que a ti en cuanto a que los libros tienen que estar en buen estado para llegar a ocupar un espacio en mi estanteria pero si tiene años en casa no le hago el feo al pobre
    saludos guapa

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  2. Hola! A mí me ocurre lo mismo, cuido mucho los libros y tanto el exterior y el interior tienen que estar perfectos. Incluso cuando voy a una librería y cojo una novela para llevármela a casa, siempre miro las esquinas y el interior, y como tengan algo mal, por mínimo que sea, busco otro que esté perfecto. Sobre los viejos que tengo en casa es igual, de hecho los tengo en otra estantería más oculta para que no se vea el desgaste xDD. Soy una marginadora en este caso.

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  3. Me uno a vosotras. A mí también me pasa. Yo soy mucho de cuidar las cosas. Los libros, nada más comprarlos, los forro para que no se deterioren y una vez por semana los sacudo las páginas para quitarles el polvo. Sin embargo, los que llevan años en casa, ni los toco.

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  4. El problema también es que hay libros que no vas a encontrar nuevas ediciones o están descatalogados, y en la biblioteca más próxima puede que no lo tengan disponible. Entonces estás obligada a comprarlo amarillos o con alguna tara si quieres leerlo, caso de Mi prima rachel de Daphne du Maurier o Catherine Cookson.

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  5. A mi me pasa algo similar: me llamana las ediciones viejas, pero que no esten tan maltratadas como para tener miedo que se me deshagan entre las manos. Que conste que tu ejemplar de Cien años de soledad no me parece tan mal. Yo solo le pido una cosa (que los ejemplares de esta epoca a veces no cumplian): una maquetacion amplia. Si lo abro y me da vertigo mirar las lineas, ya no lo quiero leer. Besos

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  6. A mi también me pasa, además también encuentro que muchas de esas ediciones antiguas (me pasó con el señor de los anillos) tienen un papel tan fino que me da miedo que se rompa. Me considero un tanto superficial con la portada de los libros, si encuentro una edición más bonita del libro que me quiero leer, aunque sea más cara, es muy probable que me haga con ella. Si te paras a pensarlo es ridículo...

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  7. Pues a mí con que estén en un estado decente me basta, no soy tan exigente... si está un poquito amarillento o viejito no me importa. Por ejemplo, tu Cien años de soledad no me supondría ningún problema. Pero si quieres uno nuevo, te recomiendo la edición conmemorativa de la real academia de la lengua, que es la que yo tengo y es genial.

    Besoosss!!

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  8. No me pasa tan extremo, pero si es verdad que si están estropeados me llaman menos, aunque otras veces me parece que tienen un encanto especial y los leo con mucho cariño.

    Besos!!

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  9. Hola! pues... me ocurre exactamente lo mismo: me encantan las tiendas de segunda mano (y lo económicas que son) pero los libros que veo... no me llaman la atención :S en cambio si los veo en una librería normal, me gustan más. Me cuesta mucho comprarme un libro usado, no se porqué :(

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  10. Yo en eso soy todo lo contrario, lo cierto es que mientras sea legible me da igual si está amarillo, si la edición está vieja. Así que a la mínima que veo una librería de segunda mano me vuelvo loca y compro de todo. Supongo que mi obsesión va más con el poder tener libros en físico independientemente del estado.
    Saludos^^

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  11. Yo seria lo contrario, no me importa que el libro este viejo y amarillo, con tal de que se pueda leer....me parece que cuenta muchas historias sobre por cuantas manos paso antes de llegar a las mias.

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  12. ¡Hola!
    A mi me pasa EXACTAMENTE lo mismo. En serio, mi madre tenía un ejemplar de Cumbres Borrascosas cochambroso y hasta que no lo leí de una edición de Alba, no quise leerlo. Es super horrible, porque compro libros de más. Además, de que me gusta tenerlos mios propios.
    Normalmente la criba se hace en que están bien conservados, sin páginas amarillentas y tal. Si la portada está algo desgastada o los cantos doblados, no suele importarme tanto. Pero sí, te entiendo xD.

    ¡Un beso!

    P.D: Justo tenía ese ejemplar de García Marquez de segunda mano en la librería xD.

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  13. Jajajaja cada uno con nuestras manías mujer! =)

    Besotes

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  14. Qué rarita eres a veces *lalalala*
    Nah, que a mi también me pasa lo mismo, al menos en cuanto a leer se refiere, prefiero un libro bonito y con olor a nuevo :3

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  15. A mí no me importa mucho que los libros estén algo desgastados para leerlos, pero sí que me importa para ponerlos en las estanterías, porque me gusta que se vean bonitos. ¡La de veces que le habré dicho a la gente que no abran mucho el libro para que no se rompa el lomo! Últimamente tengo el problema de que guardo los libros en el bolso para leerlos en el bus o en el metro y hay veces que se dobla un poco una esquina y a mí me puede dar algo. ¡Mis libros tienen que estar lo más perfectos posible! Pero, bueno, si hay por casa otra edición vieja y amarillenta, no le hago ascos, la historia al fin y al cabo será la misma. Comprar libros repetidos porque tengan una edición mejor es para mí una pérdida de tiempo, debo seleccionar con cuidado los libros que compro porque mi presupuesto es limitado.
    En conclusión: me gustan las ediciones bonitas y cuidar los libros lo más posible, pero no me importa leer uno ajado siempre que no vaya a acabar a la vista en mi estantería xD
    ¡Un beso!

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