Cold cold ground, de Adrian McKinty
junio 24, 2014La novela negra siempre ha sido uno de mis eternos géneros pendientes, quizá porque lo poco que he leído tampoco me ha dejado una huella demasiado duradera. Coincidiendo con la visita de Adrian McKinty a La semana negra de Gijón, decidí desempolvar de la estantería Cold, cold ground y ver qué pasaba. Mi sensación ahora mismo, después de terminarlo, es de mala leche. Muy mala leche conmigo misma. Que un libro como éste lleve un año sin ninguna otra función además de ocupar espacio, mientras yo me dedicaba a leer novela tras novela de dudosa calidad, tiene que ser algún tipo de delito lector. Creo que hacía mucho tiempo que una historia no conseguía involucrarme tanto con el tema a tratar.
En un principio nos encontramos con un caso interesante pero tampoco demasiado fuera de lo común. Un cadáver es encontrado con una mano amputada situada junto a él. A partir de ahí, el sargento detective Duffy se hará cargo de la investigación, la cual se irá complicando cada vez más. Pero lo que hace tan interesantes al protagonista, asesinato y al libro en sí es la época y la localización de lo eventos. Adrian McKinty nos traslada a Belfast, año 1981, en pleno conflicto de Irlanda del Norte. La ambientación que logra es increíble, con pocas descripciones pero sin duda suficientes para recrear esa atmósfera opresiva, intolerante, sombría y de terror colectivo. En muchos aspectos me parece más una novela histórica, si se puede llamar así, con un complejo misterio. Seremos testigos de los atentados con bomba, de los muchos disturbios, las huelgas de hambre de lo presos del IRA, de los continuos enfrentamientos y diferencias entre católicos y protestantes, nacionalistas y unionistas, la corrupción e hipocresía, todo ello rematado por una policía incompetente, falta de recursos y efectivos. Y en medio de todo, como digo, Sean Duffy, un protagonista fascinante gracias a su condición de policía católico rodeado de protestantes en el entorno en el que vive y trabaja. Como dice la sinopsis, es un universitario en un mundillo de iletrados a quien quieren matar los católicos por ser policía y los protestantes por ser católico. Todo ello lo lleva con resignación y humor negro. Consigue ir ganándose al lector cada vez más, sobre todo por las agallas que le echa. Tener una rutina en la que se incluye mirar todos los días bajo el coche para detectar posibles bombas lapa ya nos dice mucho de él y de su situación.
En cuanto a la investigación del asesinato poco puedo decir para no revelar ningún detalle importante. Al carecer de los medios de los que hoy disponemos entran en juego continuas deducciones más bien instintivas por parte de Duffy. También se nota un ritmo más pausado pero que en ningún momento resulta pesado. Los giros en el argumento son continuos debido a ello, sin embargo hay que hacer mención a uno en concreto que cambia por completo el enfoque del libro. Me ha sorprendido mucho. Lo que quizá peque un poco de fantástico es el final, creo que desentona en general con el resto de la novela, pero no por eso ha dejado gustarme igualmente. Muy recomendable, de verdad. Espero con muchísimas ganas el siguiente título de la serie, Oigo sirenas en la calle, protagonizado también por este detective irlandés. Como dato, podéis encontrar desde hace poco este mismo título en bolsillo en la colección 13/20 de la editorial.
En un principio nos encontramos con un caso interesante pero tampoco demasiado fuera de lo común. Un cadáver es encontrado con una mano amputada situada junto a él. A partir de ahí, el sargento detective Duffy se hará cargo de la investigación, la cual se irá complicando cada vez más. Pero lo que hace tan interesantes al protagonista, asesinato y al libro en sí es la época y la localización de lo eventos. Adrian McKinty nos traslada a Belfast, año 1981, en pleno conflicto de Irlanda del Norte. La ambientación que logra es increíble, con pocas descripciones pero sin duda suficientes para recrear esa atmósfera opresiva, intolerante, sombría y de terror colectivo. En muchos aspectos me parece más una novela histórica, si se puede llamar así, con un complejo misterio. Seremos testigos de los atentados con bomba, de los muchos disturbios, las huelgas de hambre de lo presos del IRA, de los continuos enfrentamientos y diferencias entre católicos y protestantes, nacionalistas y unionistas, la corrupción e hipocresía, todo ello rematado por una policía incompetente, falta de recursos y efectivos. Y en medio de todo, como digo, Sean Duffy, un protagonista fascinante gracias a su condición de policía católico rodeado de protestantes en el entorno en el que vive y trabaja. Como dice la sinopsis, es un universitario en un mundillo de iletrados a quien quieren matar los católicos por ser policía y los protestantes por ser católico. Todo ello lo lleva con resignación y humor negro. Consigue ir ganándose al lector cada vez más, sobre todo por las agallas que le echa. Tener una rutina en la que se incluye mirar todos los días bajo el coche para detectar posibles bombas lapa ya nos dice mucho de él y de su situación.
Algo que me ha gustado especialmente es el choque cultural que he notado, por lo menos en mi caso, habiendo nacido en la misma década. Uno de los temas de gran importancia dentro de la trama es la homosexualidad, la cual era ilegal en la época. La forma en la que es tratada por los personajes y el lenguaje que utilizan, hoy en día ofensivo, le da más credibilidad al entorno cultural. Por otro lado el procedimiento policial prácticamente inexistente, con hombres sin apenas formación pisoteando la escena del crimen, profesionales fumando y bebiendo whisky como si de agua se tratara en horas de trabajo, etc., consiguen ese tono realista que me ha mantenido en los '80 en todo momento.-¡Esos putos fenianos!- dijo Price.
El sargento McCallister se aclaró la garganta. Price se preguntó un par de segundos qué había dicho y luego se acordó de mí, el católico.
[...]
-No hay ofensa, hijo. Me encantaría ver las cosas desde tu punto de vista, pero no consigo ser tan ignorante.
En cuanto a la investigación del asesinato poco puedo decir para no revelar ningún detalle importante. Al carecer de los medios de los que hoy disponemos entran en juego continuas deducciones más bien instintivas por parte de Duffy. También se nota un ritmo más pausado pero que en ningún momento resulta pesado. Los giros en el argumento son continuos debido a ello, sin embargo hay que hacer mención a uno en concreto que cambia por completo el enfoque del libro. Me ha sorprendido mucho. Lo que quizá peque un poco de fantástico es el final, creo que desentona en general con el resto de la novela, pero no por eso ha dejado gustarme igualmente. Muy recomendable, de verdad. Espero con muchísimas ganas el siguiente título de la serie, Oigo sirenas en la calle, protagonizado también por este detective irlandés. Como dato, podéis encontrar desde hace poco este mismo título en bolsillo en la colección 13/20 de la editorial.
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15 comentarios
Tienes razón, hay veces que vamos dejando algún libro a un lado, sin razón aparente y cuando lo lees... zas! Te encanta. Como gran lectora de novela negra que soy, me alegro de que te hayas reconciliado con el género, jeje.
ResponderEliminarSaludos!
Pues lo tengo esperando en la estantería y ya veo que me tengo que poner pronto con él, creo que me gustará
ResponderEliminarBesos
No lo conocía y no estoy acostumbrada a leer este género. Pero me llama la atención y más después de leer esta reseña tan positiva. Lo apuntaré, espero darle una oportunidad :3.
ResponderEliminarBesitos<3
Hola! No he leído el libro y aunque no sea el género que suela leer me lo apunto ya que algunas veces me ha pasado lo mismo que a ti con otros libros y da mucha rabia. Me alegra que lo hayas disfrutado. Gracias por la reseña, besos!
ResponderEliminarVaya, pues no lo conocía de nada... ni me sonaba U.U
ResponderEliminarHabrá que tenerlo en cuenta, por lo que veo =P
Besotes
me ha parecido un libro muy interesante. soy una gran apasionada de la novela negra...pero si además te puede proporcionar información histórica, me parece superior
ResponderEliminarPues lo etoy descubriendo ahorita contigo y tu reseña y no se ve nada mal n.n
ResponderEliminarBesos!
Me suena pero no le he prestado mucha atención a este libro. Y veo que debería de prestársela...
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Qué bien pinta! La portada, tu reseña... la verdad es que sí, es un delito dejar un libro tan interesante! no te preocupes que me ha pasado. Me dejaste con ganas de leerlo, ¡me lo anoto! un besote gigante.
ResponderEliminarApuntadísimo queda. Me llama la atención toda la ambientación y cómo vivía la gente el tema del conflicto, así que a ver si lo veo por ahí.
ResponderEliminarSaludos :)
hola
ResponderEliminarpues a mi me pasa como a ti, q la novela negra la tengo olvidada no, olvidadísima. Es q no recuerdo si alguna vez he leído algo, (Misery de SK cuenta? jeje)así q imaginate. Igual tendría q darle una oportunidad pq seguro q me sorprende.
besotes
Me encanta la novela negra! Aunque este no me llama demasiado la verdad.
ResponderEliminarSaludos!! : )
hola Oly!!
ResponderEliminarNo conocía la novela,
no soy mucho de leer novela negra así que no lo leeré
un beso
Y en este libro sale el origen de la mano amputada que corretea en la casa de los Addams... (o no xDDD)
ResponderEliminarA mí me gustó bastante la parte donde el autor nos descubre un poco todo el ambiente político, que por mucho que saliera en la tele, no sé, no es lo mismo que te lo cuenten así xD
Espero que puedas leer el siguiente de la saga pronto ;)
La portada me gusta mucho. Los contrastes son preciosos. Nunca he leído ese género de novela :3
ResponderEliminarbesitos, pásate ;) http://shinyandpowerful.blogspot.com/
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~゜・_・゜~ <--- Esto es un murciélago, no Sailor Moon.